La «Femina Agabbadòra»: leyenda y realidad en Gallura.

El término sardo «femina agabbadòra», que deriva del sardo s’acabbu, ‘el final’, o del español acabar, ‘acabar’, designa la figura históricamente no demostrada de una mujer que se encargaba de dar muerte a personas de cualquier edad, en caso de que se encontraran en tal estado de enfermedad que sus familiares o la propia víctima lo solicitaran. En realidad, no existen pruebas de tal práctica, que habría afectado a algunas regiones sardas como Marghine, Planargia y Gallura. La práctica no debía ser pagada por los familiares del enfermo, ya que pagar por dar muerte iba en contra de los dictados de la religión y la superstición.

Cuenta la leyenda que las prácticas de muerte utilizadas por la femina agabbadora variaban según el lugar: entrar en la habitación del moribundo vestida de negro, con la cara tapada, y matarlo asfixiándolo con una almohada, o golpeándolo en la frente con una vara de olivo (su matzolu) o en la nuca con un golpe seco, o estrangularlo colocándole el cuello entre las piernas.

Algunos antropólogos creen que la femina agabbadora nunca existió. No hay pruebas de la femina agabbadora como tal, sino de mujeres que llevaban consuelo a las familias donde había un moribundo, acompañándolo hasta el último momento. Ayudaban en la agonía y daban apoyo, por lo que eran respetadas por toda la comunidad, pero según algunos estudiosos no mataban.