En el corazón de la Gallura interior, en una posición elevada, se alza el centro de Luogosanto, caracterizado, como el resto de los centros históricos de esta región, por palacios de granito de dos o tres plantas, adornados con pequeños balcones salientes a menudo ornamentados con flores. En la plaza central se alza la basílica de la Natividad de María, santuario mariano fundado por los Hierosolimitanos de Tierra Santa, que trajeron consigo las reliquias del muy venerado San Nicolás de Trani, entre 1126 y 1130. En la actualidad, el edificio tiene una fachada de granito y el interior está totalmente decorado con pinturas murales realizadas inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.