El castillo de Balaiana debe su nombre al territorio en el que se levanta, la tierra de los Balari, una antigua población sarda presumiblemente asentada en Gallura antes de la conquista romana. El edificio goza de una posición privilegiada que ofrece una maravillosa vista panorámica, hasta Córcega. Para llegar a él, hay que subir una escalinata con un desnivel de unos 100 metros, pero el esfuerzo será ampliamente recompensado por el paisaje. Debido a los trabajos de restauración, necesarios por el estado ruinoso en que se encontraba, el aspecto original del castillo se ha alterado considerablemente. Su singularidad radica en la técnica de construcción, ya que la fortificación se
levantó íntegramente en granito, sin utilizar mortero ni cal. No muy lejos, se encuentra la iglesia de San Leonardo, que originalmente sirvió como capilla del castillo.