La iglesia, construida fuera de las antiguas murallas de la ciudad, ocupó una posición periférica hasta la fase de expansión del centro urbano. El edificio data de la segunda mitad del siglo XI y es casi todo de granito, de estilo pisano con influencias lombardas. La celebración del Santo, que tiene lugar el 15 de mayo, es una fiesta de la ciudad. Bajo la basílica de San Simplicio, se encuentra la Necrópolis: un testimonio de la difusión del cristianismo en la isla. Tumbas, ajuares funerarios y estructuras murarias repartidas a lo largo de 1700 años: ¡una maravilla que hay que visitar!