El galurés, junto con el turritano o sasarés y las variedades de Castelsardo y La Maddalena, forma parte del sistema lingüístico sardo-córso, un grupo de lenguas que, como su nombre indica, constituye el punto de encuentro entre el sardo y el corso. Su origen y clasificación siempre han fascinado a los lingüistas y a otras personas. Los estudios más rigurosos y actualizados describen el galurés como el resultado del contacto lingüístico que se produjo en la Edad Media y la Edad Moderna entre los sardos que habitaban esta región poco poblada y los numerosos corsos que cruzaron el mar en busca de mejores condiciones de vida. Esta «lengua puente» se extendió cada vez más hacia el interior, continuando su mezcla con el sardo septentrional y ahora, inevitablemente, con el italiano. En la actualidad, el galurés está protegido por una ley regional y, aunque en declive, sigue siendo muy hablado y objeto de un interesante renacimiento lingüístico.